Os dejo un video de gomaespuma sobre las desventuras de un vendedor de libros a domicilio.
Espero que no tengais que tratar de callar las carcajadas como me pasó a mí en el trabajo mientras pensaba en algunos de los compañeros (o proveedores) que tengo al otro lado del océano (menos mal que era la hora de comer y las de rrhh no estaban cerca ;-) )
Si es que la vida del vendedor es muy dura... todo el día con la sonrisa puesta, visitando a clientes que van de listillos, y tratándoles de convencer para que le compren algo. Las mega-fiestas, comilonas y sueldazos son sólo para unos pocos. Al resto les pasa como al del video.
1 comentario:
eh, que a mí muchas veces me dan ganas de hacer como el señor del bigote. Cuando entran a la óptica vendedores ambulantes me entra la tentación de decirles: "yo vendo gafas, ¿cuántas le pongo?". Además que siempre llegan con objetos inútiles (al menos para mí), como una máquina de afeitar o un corta-pelos para la naríz y las orejas ¿¿¿acaso tengo barba???
Por cierto, que he tenido una visión de uno de vuestros futuros post :P
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