-Lo más bonito la escalinata - aseguraron.
Con esa idea pisamos Lisboa, en busca de la escalinata que nos dejaría admiradas. Buscamos por las calles estrechas donde los edificios competían por los azulejos más limpios, en el ascensor de Santa Justa, entre las almenas del Castillo de San Jorge donde tuvimos que sortear a unos ragazzi italiani, oteamos desde la Torre de Belem que besa el Tajo, descansamos bajo la mirada escudriñadora del infante Enrique y su séquito anhelantes de nuevas tierras, nos colamos en la boda de los Jerónimos... pero no encontramos la escalinata.
-Quizás esté en Cascais... y si no podemos bañarnos en sus famosas playas.
Así que cogimos el tren hacia las playas con el bikini puesto, las chanclas y mochilas repletas de presunto (jamón), chorizo de bola y lomo, dándose tortazos con las toallas y una botella grande llena de agua.
Recorrimos las pequeñas playas y los paseos bordeados por acantilados y grandiosas casas palaciegas todo por llegar a las famosas playas de Guincho... Pero llegando a la Boca do Inferno hicimos un alto: el camino no parecía tener fin (si lo tenía pero a 5 km.), el Sol desde el azul del cielo se reía de nuestra piel blanquita y la enrojecía, dejando unas extrañas marcas en nuestro cuerpo... Nuestro paseo se convirtió en un infierno de calor, cansancio y exasperación. Decidimos volver a la pequeña playita y tumbarnos a descansar.
Tras pasear por la tarde por las playas tranquilas, frías y sin olas... hasta llegar a Estoril y el gran casino de cinco estrellas, nos dimos cuenta de que allí tampoco estaba la escalinata.
- ¿En qué sitio podemos buscarla?... Sintra. Seguro que está allí.
De nuevo en la estación y en otra ciudad para buscar la escalinata... Nos aventuramos a continuar la búsqueda por el palacio y el parque de la Pena, a nuestro encuentro nos salió un vigilante de dimensiones espectaculares, su castillo de tonos rojizos, amarillos, blancos, con cúpulas y torreones; la gruta del ermitaño; un asiento de la reina del bosque y el trono real, vestigios antiguos...continuamos por el castillo de los moros, tras un breve paseo en el autobus 434, y finalizamos en Regadeira. Nos perdimos en sus grutas, pozos y salas de espejo... Maravillosa y aplaudida quinta.
Los dias se nos acabaron y la escalinata no apareció pero fue una buena excusa para conocer callejas, tranvias, playas y grutas.
Pero si alguien sabe dónde está la escalinata que nos lo diga...
4 comentarios:
Dentro de lo que cabe aunque lisboa fue un poco decepcion no estuvo mal el viaje. Me lo pase bien, Sintra fue lo mas bonito y la boca do inferno tb era la leche lo que pasa que no la vimos en un dia de tormenta, pensandolo bien, en un dia de tormenta no creoque hubieramos estado tan cerca :P
Yo te aseguro que si hubiera tormenta alli no iba. jejeje
Lo importante es que nos lo pasamos bien y salimos de la rutina.
El paseito en el tranvia tb estuvo bien y sobretodo cuando llegamos al final y eramos todos turistas y el conductor nos hizo bajar y volver a picar el billete. La caida de raquel por culpa de una ola y el moreton que la ha dejado que va a pasar a los anales como el de Aglarluin en el paintball...
Para las personas preocupadas por mi, solo decir que ya soy historia. Solo quedan un par de manchitas sonrosadas y las postillitas del raspon con la arena (y sin tratamientos :-P)
P.d. Tambien me lo pase muy bien y ganan los buenos momentos a las cosillas menos bonitas que vimos (sobre todo el primer dia)
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