viernes, 23 de mayo de 2008

¿Oyente o emisor?

Hay gente que puede estar horas y horas hablando sin parar y a la que parece que nunca se la terminan los temas de conversación. Sin embargo, hay otros a los que les cuesta expresar sus opiniones o sentimientos, o simplemente no les dejan articular palabra.

El otro día me encontré con esta frase:
"Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan como estamos y se esperan a oír la contestación"

Creo que encierra una gran verdad, ya que muchas veces sólo nos preocupamos de escucharnos a nosotros mismos y no nos damos cuenta que nuestras orejas tambien están preparadas para recibir sonidos del exterior.

Y esto me lleva a un pensamiento personal ... quien es mejor amigo... ¿el que nos cuenta toda su vida o el que se preocupa por la nuestra?
Como siempre, no hay verdades absolutas y en el término medio está la virtud.

3 comentarios:

zetanas dijo...

Es cierto que hay gente que saca tema hasta debajo de las piedras, a mí a veces me dan envidia, hablan de cualquier cosa y no se les acaba nunca la conversación. Yo soy incapaz de sacar una conversación, me cuesta horrores. Pienso que con quien estoy hablando no le interesa lo que le vaya a contar(como diría aglarluin, eso es un pensamiento adivinatorio y debería descartarlo) y casi siempre espero a que me pregunten, pues pienso que si me preguntan es porque les interesa, que conste que estoy hablando de amistades no de conocidos. A los conocidos poco les cuento de my life.

Anónimo dijo...

Me ha gustado este post, porque entra en resonancia con mi propia opinión. Cierto es, que la mayoría de los mortales sólo utilizamos los oidos para acumular cera, o al menos, raramente para escuchar, salvo a nosotros mismos.

A esto añadiría, que en el contexto "social" en el que vivimos, existe una especie de presión invisible que nos empuja a hablar en presencia de un "conocido", y nos arrastra a veces a la más absoluta superficialidad verbal, lo cual lógicamente contribuye a reforzar esa falta de conexión perpetua y recíproca entre oyente y emisor.

un claro caso de estas situaciónes de absoluta falta de sincronismo entre emisor y receptor, son las típicas conversaciones a cerca de cualquier tema, en las que se produce un rápido intercambio de experiencias, opiniones al respecto, de tal manera que cada parte está pensando lo proximo que va a decir mientras la otra mueve los labios.

en conclusión...

silencio, por favor!!!

como leí hace no se cuanto, y no sé donde,

no abras la bocaza si lo que vas a decir no va a mejorar el silencio

claro que ahora me voy a casa, me miro al espejo, y lo casco!!!

Anónimo dijo...

Ciertamente es algo en lo que me fijo mas veces de lo que a veces soy consciente. Pero cuesta cada vez más encontrar personas receptoras que emisoras.

Una de las experiencias mas absurdas a las que uno puede asistir es estar presente en una conversacion entre personas emisoras. Además me fijaba en ellos como reaccionaban cuando no podian expresarse, buscando desesperadamente a alguien que fuera receptor de sus incoherentes mensajes y terminando todo en un verdadero dialogo de besugos. Lo he comprobado hace unos dias. Por cierto todos eran de mi familia politica.

Tenemos dos orejas y una boca y deberiamos escuchar el doble de lo que hablamos, nos iria mucho mejor a todos, sin duda.